Biografía: Bernard Gorgeon, nacido en 1953 en Marsella, es un escalador, guía de montaña y escritor francés. Es una de las figuras más destacadas de la escalada francesa, cuya biografía está intrínsecamente ligada a la historia y la cultura de la escalada en el sur de Francia. Introducido a la escalada con tan solo diez años en las calas de Marsella, fue allí donde forjó sus primeros recuerdos como escalador, acompañado por su padre, un apasionado escalador autodidacta, apasionado por el alpinismo y los clásicos de Rébuffat. Su infancia transcurrió entre la escuela, las rocas y los preciosos momentos dedicados a explorar los acantilados de la región, con los dedos usando cuerdas de cáñamo, símbolos de una época marcada por la libertad y el ingenio. En la década de 1970, Gorgeon formó parte de un movimiento juvenil inconformista que revolucionó la escalada, buscando romper con las prácticas tradicionales e inventar una nueva forma de vida. Junto con Patrick Edlinger y otros compañeros, contribuyó al surgimiento y la democratización de la escalada libre, que se convirtió en una verdadera filosofía y estilo de vida. Fue uno de los pioneros del equipo fijo, del club que invirtió en la apertura y el aseguramiento de vías, y del guía de montaña que no limitó su práctica al alpinismo. Bernard Gorgeon es reconocido principalmente por haber "inventado" las primeras vías en Buoux, un sitio emblemático del Luberon, que describe como un valle mágico donde la roca es "redonda, blanda, perforada como la hierba de San Juan, gris, amarilla, roja, verde, fresca, secreta, cautivadora, tranquilizadora, acogedora... un capullo, un cofre del tesoro". El sitio de Buoux se convirtió rápidamente en un trampolín hacia el santo grial del escalador: el Verdon, cuyo Gran Cañón permanecía prácticamente inexplorado en aquel entonces. Gorgeon abrió allí varias vías legendarias, muchas de las cuales se convertirían en clásicos y forjarían su leyenda. Contribuyó a la redacción de importantes guías como "Escalando el Verdon: las 500 rutas más hermosas" y "Escalando el Verdon: 984 rutas de 5b a 8c", que enumeran las rutas que han dado fama internacional a este sitio. Entre las más destacadas se encuentran las legendarias rutas de Buoux y el Verdon, a menudo abiertas en condiciones épicas, combinando audacia, humor y camaradería. También fue pionero en la práctica del barranquismo en las Gargantas del Verdon. Su libro "Una vida de escalada, del cáñamo a los Juegos Olímpicos" (Glénat, 2021) relata su trayectoria con humor, sensibilidad y espíritu de aventura, evocando sus numerosas rutas abiertas en las calas, en Buoux, en la montaña Sainte-Victoire, pero especialmente en las Gargantas del Verdon, donde se instaló como guía en La Palud-sur-Verdon, en el corazón de este templo de la verticalidad. Su historia es también la de sus accidentes, sus amistades, los valores de la práctica y la transmisión del arte de la escalada. A través de su peculiar trayectoria, encarna el espíritu del equipo de cuerdas, la belleza de la roca y el estilo de vida característico de los escaladores del Sur: entre la frugalidad, el inconformismo y la libertad.